Nuestro celular es nuestro fiel compañero en el día a día, prácticamente podemos hacer todo en él, desde planear nuestro día hasta contar nuestra ingesta de calorías. Ahora para todos aquellos fanáticos de este dispositivo llega una nueva innovación que podría salvarnos la vida.
Laura M. Lechuga Gómez, profesora de Investigación del CSIC en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, trabaja en el desarrollo de chips que permitan detectar enfermedades infecciosas con mucha rapidez. Sus desarrollos reciben el nombre Lab-on-a-chip.
¿En qué consiste esto? Son soportes nanofotónicos sobre los que se colocan receptores biológicos totalmente selectivos a la enfermedad que se quiere detectar, la idea es ofrecer dispositivos que puedan medir múltiples enfermedades, similar a lo que hacen los medidores de glucosa.

Ahora la pregunta que surge es cómo funcionan estos dispositivos nanofotónicos. En realidad se trata de un microreceptor como una proteína o una sonda de ADN, que se une a la bacteria o al biomarcador correspondiente de tuberculosis, sida, cáncer, etc. Es decir, lo reconoce de forma complemente selectiva. Basta pasar una cantidad mínima de muestra del paciente –puede ser sangre, orina, saliva o lágrimas– por el biosensor específico de cada enfermedad para saber si esa persona está enferma o infectada.

¿Suena increíble, no? Gracias a esta tecnología un enfermo crónico se podría controlar sin necesidad de enviar los análisis al laboratorio, pero ¿por qué no está aún esta tecnología en el mercado?
La respuesta es muy simple, estos dispositivos llevan un componente biológico (enzimas, proteínas, ADN) y estas moléculas tienen que mantenerse activas en cualquier ambiente. Por eso es tan difícil comercializarlos, porque el sensor debe llevarlas incluidas y hay que asegurar su viabilidad.
A pesar de la gran inversión que han tenido países extranjeros para esta tecnología, aún falta un largo tramo por recorrer, pero se es optimista a que el futuro del diagnóstico pase a los dispositivos portátiles, que incluso podrían estar acoplados al teléfono móvil. ¿Lo imaginas?
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