Desde la aparición de las redes sociales, los humanos aprendimos y nos hicimos adictos a compartir todo de nuestras vidas, y es que las redes llegaron a suplir los cientos de fotos almacenadas en álbumes o cassettes de video que otrora eran la moda y la única forma de preservar nuestros recuerdos.
Cada minuto de cada día se producen más de 2 millones de búsquedas en Google, 72 horas de video son subidas a Youtube, 42 mil entradas a blogs son publicadas, 204 millones de correos son enviados, el gigante digital Amazo, vende más de $83 mil usd en productos, en Facebook se suben 41 mil publicaciones y en Twitter son lanzados 278 mil tweets. ¿Impresionado?
Los datos anteriores sólo nos hacen preguntarnos, ¿qué tan grande es Internet?, ¿cuánta información se puede almacenar? o ¿quién se queda con toda la información que subimos día tras día?.
Con el paso de los años y con el volumen inconmensurable de información que se genera, surgió un término que vino a facilitarnos el almacenaje de todos esos datos, el Big Data que es básicamente la gestión y el análisis de grandes cantidades de datos que no podrían ser tratados de manera manual o sobrepasan la capacidad de una máquina convencional; al final del día, todo se convierte en datos.
Las fotos de tu boda, la publicación de Instagram de tu cumpleaños, tu primer tweet o tu primer video en Youtube se convierten en datos que son almacenados en Data Centers que, como su nombre lo dice, son dispositivos o discos gigantes que gestionan, almacenan y ayudan a predecir comportamientos en los usuarios de Internet.
Así que ya sabes, cuando olvides el cumpleaños de tu mejor amigo o tu aniversario de bodas, Facebook te lo recordará, y quién sabe si en algún rincón de Internet o en algún centro de datos estén aquellas fotos vergonzosas que juraste haber borrado, porque Internet no perdona y nunca olvida.
@MoodGeek
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