En pleno 2019, donde todos estamos literalmente conectados a la red por medio de aplicaciones, servidores y bases de datos, y cuya información está prácticamente al alcance de un clic, no sería raro suponer que cualquiera podría sufrir un ciberataque.
Los primeros ataques cibernéticos se remontan a la década de los 50´s, donde el Internet era algo nuevo para la humanidad y sus primeros usos se limitaban a instituciones de gobierno con proyectos secretos. Con el paso de los años fue liberado a cosas comerciales hasta como lo conocemos hoy en día.
Sin embargo, el Internet, los medios y la tecnología no fue lo único que se actualizó y modernizó, al convertirse en un fenómeno de masas los ataques por este medio comenzaron a incrementar y adaptarse al medio, a tal grado de equipararse con la cantidad de delitos normales.
En los últimos años, mucho se ha hablado de una nueva técnica de extorsión cibernética, la “Sextortion”, que rápidamente se ha colocado como la segunda forma favorita de los estafadores.
Esta nueva técnica consiste en un correo electrónico en donde se informa que la computadora fue infectada por un troyano y que fueron registrados ingresos en páginas de contenido para adultos. Posteriormente hay un segundo correo en donde amenazan con difundir imágenes privadas con sus contactos si no hay un pago de por medio.
Los extorsionadores se aprovechan del desconocimiento de los usuarios y llegan a pedir cantidades estratosféricas, cuyos pagos se deben realizar en bitcoin (moneda digital que no es posible ser rastreada).
A pesar de los esfuerzos que han hecho los departamentos de policía cibernética, los ataques no han cesado e incluso en el último trimestre del 2018 se incrementaron considerablemente. Lo único que recomiendan es tener actualizados los sistemas de protección.
@MoodGeek
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