El Iphone XS, sentaba las bases para lo que fueran sus teléfonos en los próximos diez años; con su clásico diseño, sigue siendo el mismo en construcción sólida y de buenos materiales, pero en un tamaño más pequeño y cómodo, y que con una pantalla amoled (Active Matrix Organic Light Emiter Diodes) de muy buena calidad, en realidad es igual que su antecesor. En la sensibilidad al tacto tiene mejoría pues evita toques involuntarios o accidentales; respecto del procesador, es muy capaz de ejecutar sin problema cualquier app con más soltura y fluidez, incluso las de realidad aumentada.
Un detalle importante, a diferencia del anterior, es que se calienta con mayor facilidad, claro sin afectar su desempeño, pero detectable en el uso constante; el desbloqueo de rostro parece ser más eficaz que el de huella y el desbloqueo en plano ahora si es una realidad ya que, a diferencia del anterior, lo tenías que levantar levemente para desbloquearlo.
Uno de sus puntos fuertes es la cámara, pero dejó de mejorar en esta versión en comparación con sus competidores, y en el modo pro no tiene ajustes para establecer avances, el modo retrato tuvo un avance notable al definir el desenfoque y el modo dinámico; el ruido y la estabilización en video son detalles que no pueden pasar desapercibidos, pero en el tema de consumo energético, este iPhone incluye el mismo cargador de cinco vatios de generaciones anteriores, que no permite que la carga sea rápida.
En general el iPhone XS es un dispositivo de gran nivel, pero tiene algunos detalles que, a pesar de su gran precio, no se pueden pasar por alto. Sería cuestión de juzgar, cada uno.
Fuente: Pequeño Gran Detalle
Mood Geek 
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