“Sin música, la vida sería un error”
Friedrich Nietzsche
Nació en los años 90´s y cambio para siempre la forma en la que escuchábamos música. El formato MP3 fue, en su momento, el BOOM en tecnología musical. Llegó para cambiar para siempre nuestras vidas.
A partir de su surgimiento, las grandes compañías de audio comenzaron a desarrollar nuevos productos, nuevos reproductores, capaces de hacer sonar este nuevo formato.
Su fácil capacidad de almacenaje, la facilidad de ser transferido de un dispositivo a otro, le dio al MP3 una popularidad inmensa; con él, compañías como Apple se vieron orilladas a desarrollar nuevos productos, como el iPod que es y será uno de los reproductores de música más amados por lo melómanos.
¿Quién no tienen su tesoro musical guardado en alguna carpeta con este formato?
Muchos comenzaron a hacer enormes colecciones de música, que hasta la fecha tienen un valor incalculable.
Aquí viene la parte complicada de todo, hace algunas semanas, se anunció el final, la muerte del MP3.
Y sí, esto en parte es verdadero, pero tranquilos, no hay que alarmarse en demasía.
Sucede que El Instituto Fraunhofer IIS, el lugar en donde se inventó este mítico formato de audio, y que posee todavía sus derechos, suspendió las licencias de uso, desde el pasado 23 de abril.
¿Y qué fue los que los orillo a tomar esta devastadora decisión?
Una de las principales causas es que ya no se hacen nuevos reproductores que toquen este formato, ya que formatos mejores como el ACC o el MPEG-4 son capaces de comprimir mejor la música, sin sacrificar su calidad.
Es por ello que decidieron poner fin al ciclo de vida de tan amado formato, y que fue el responsable de cambiar la música, dando el primer salto de lo analógico a lo digital.
Pero tranquilos, no caigamos en la histeria colectiva.
Esto no implica que nuestros reproductores MP3 dejen de ser funcionales de un día a otro, solo quiere decir que, al igual que muchos otros aparatos o formatos, éste se convertirá en una leyenda, en un mito musical.
Nuestros tesoros musicales, tienen todavía mucha vida y seguirán dándonos horas y horas de placer auditivo.
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