Un sinfín de veces hemos escuchado que la tecnología hace más fácil la vida, y sí, es verdad, pero también la hace más complicada, y expertos en salud han descubierto un nuevo trastorno originado a partir de ésta: el tecnoestrés.
Si también se quedaron con cara de what?, a continuación les explicaremos un poco más sobre esto…
Básicamente es la ansiedad generada a partir del deseo de adquirir un nuevo aparato tecnológico, llámese laptop, smartphone, consola de videojuegos, tableta, etcétera, y no solo por no tener el más reciente modelo de celular o la nueva edición de tu videojuego favorito, sino también esa ansiedad provocada por la falta de tecnología.
Y por lógica quienes más padecen este síndrome sin duda son los jóvenes, no que sea exclusivo, sino que en su mayoría son ellos, porque son los que están más constantemente ligados a ella y se sienten desesperados de que no puedan utilizar algún dispositivo; pero eso no quiere decir que los adultos e inclusos los niños no puedan sufrirlo, claro que cada persona de diferente forma, y manifestar distintas consecuencias.
Si bien el término fue utilizado desde 1984, gracias al psicólogo Craig Bord, es una alteración que se presenta con mayor frecuencia en la actualidad, por el constante abuso de la tecnología, y la ansiedad que provoca el no poder tener acceso a cualquier tipo de avance, ya sea en aspectos personales, laborales o hasta del hogar.
El nerviosismo, la angustia y la ansiedad, son claros síntomas de estrés, que es una respuesta emocional y corporal, cuando una persona a quien se le presenta un problema no es capaz de resolverlo o ni siquiera de enfrentarlo; el tecnoestrés es todo eso, pero cuando ya tiene una relación con la tecnología, y esto le provoca frustración a dicha persona.
Y bueno, así como se puede controlar el estrés, también este síndrome, solo necesitan respirar de manera profunda y esperar que los ritmos respiratorio y cardíaco vuelvan a la normalidad, después de esto comenzar a valorar, y tratar de controlar la adicción a la tecnología que, si bien nos ha ayudado y mucho, tampoco es indispensable, sobre todo cuando pone en riesgo nuestra salud.
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