Hace ya varios años, las cámaras instantáneas vivieron su auge, representaban de manera física la esencia de la fotografía: detener el tiempo a través de una imagen. Pero entonces era algo que muy pocos podían disfrutar y que, sin duda, muchos deseaban experimentar.
Una cámara instantánea consistía básicamente en la impresión al momento, de la imagen capturada, ese era el chiste de poseer una; con el tiempo la mayoría de las cámaras de película fueron quedando atrás (instantáneas o no) dando paso a la era digital.
La llegada de los modelos digitales, donde podías ver al instante la fotografía que acababas de tomar, fue toda una revolución, y ni se diga los dispositivos móviles con los que ya podías compartirlas en Internet o hasta “editarlas” (aunque no de manera profesional, claro).
Sin embargo, para muchos amantes de la fotografía, poder utilizar cámaras antiguas y pasar por los procesos fotográficos requeridos es lo máximo, regresar a lo clásico, como dirían. Fue entonces que Fuji aprovechó eso y trajo de vuelta las cámaras instantáneas, dándonos la posibilidad de la instantaneidad no digital.
Pero dentro de la modernidad, eso ya no era suficiente y Polaroid también se sumó a la instantaneidad, combinándolo con el ámbito digital, su modelo Z2300 y la posibilidad de ver tu fotografía, y en instantes imprimirla o hasta compartirla en tus redes sociales, con la Snap Touch.
Fuji no pretendía quedarse atrás, y su nueva Instax Square SQ10 lo demuestra, ya que posee las características que todo amante de la fotografía desea en una cámara instantánea, que seguro querrán, en cuanto le den play a los vídeos.
Sinceramente, el hecho de que hayan regresado al mercado las instantáneas, fue la mejor idea que tuvieron, y haber combinado este gadget con el aspecto digital, es el mejor plus.
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