Un estudiante mexicano de la Universidad Nacional Autónoma de México, trabajó para desarrollar un cargador portátil, que utiliza celdas solares para alimentar a los smartphones, tabletas y cámaras digitales. El nombre del joven es Alejandro David Crespo, y pertenece a la Facultad de Ingeniería, lugar donde buscó arduamente crear este nuevo cargador.
Su diseño fue creado en tres versiones, uno llamado PowerGo Sport, otro PowerGo Plus y el último, el PowerGo Mini Sport; cada uno cuenta con diferentes características, ya que los primeros dos, cuentan con una celda solar capaz de recargar su batería interna después de exponerse al sol entre 6 y 8 horas, mientras que el mini Sport carga su batería en un lapso de entre 3 y 4 horas. Además, el joven explicó lo siguiente, en una entrevista que dio para El Financiero:
«Todos cuentan con un circuito de carga directa (a través de las celdas solares) o carga por medio de la batería (2 mil 800 miliamperios), eso te da de 1 a 1.5 cargas, dependiendo del dispositivo móvil.»
Alejandro, de tan sólo 22 años, también menciona que, con ambas versiones de sus cargadores, los dispositivos llenan su batería casi de la misma forma como lo hacen con los enchufes de pared, pero con el plus de que este diseño cuida a la ecología.
Si quisieran adquirir alguno de sus diseños, deben saber que el precio del PowerGo Mini Sport es de 500 pesos; mientras que el del Power Go Sport de 800 pesos y por último el PowerGo Plus, tiene un precio de mil pesos, y ya lo pueden encontrar a través de TechStem, una empresa que el mismo Crespo fundó, con otros tres alumnos de otras instituciones. Actualmente crean cinco cargadores por semana, y han vendido más de 20 piezas por medio de Mercado Libre.
En cuando a la creación de este cargador, Alejandro comenta que la idea nació para desarrollar el dispositivo en la preparatoria, pero que pudo realizarlo hasta la universidad, cuando empezó a experimentar por su cuenta, lo que podía hacer con diversos materiales, y se apoyó en las mismas clases. Por lo que el primer paso que realizó, fue adquirir algunas celdas solares en el centro de la ciudad, y con eso empezó el experimento, hasta que se dio cuenta de que esas celdas no contaban con la capacidad de cargar celulares, y se dio a la tarea de buscar más celdas por medio de Internet.
Así fue como este joven emprendedor, inició la producción de sus cargadores, sin imaginar que lograría incluso comercializarlos. Actualmente la empresa (fundada por él) emprendió una campaña en Kickstarter, una plataforma de fondeo colectivo, para intentar recaudar fondos que puedan impulsar su objetivo de producir diez mil piezas al año. ¿Qué les parece?
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